El Consejo de Ministros ha dado luz verde a la modificación del Real Decreto 183/2004, que regula la Tarjeta Sanitaria Individual (TSI) del Sistema Nacional de Salud (SNS). El objetivo, apuntan desde el Ejecutivo, no es otro que adaptar la normativa a los avances tecnológicos, estableciendo la emisión de la TSI en un formato virtual para todas las comunidades autónomas, además del soporte físico que se viene utilizando tradicionalmente. De ahora en adelante, quienes así lo deseen, podrán sustituir la tarjeta física clásica por la modalidad digital.
Con esta iniciativa se pretende facilitar el acceso de las personas a los servicios sanitarios, “especialmente en sus desplazamientos a otras comunidades autónomas, en situaciones de emergencia o pérdida de la tarjeta física”. También evitará la necesidad de llevar la tarjeta física para acceder a la atención sanitaria en cualquier centro del SNS y disminuirá los costes asociados a la impresión y distribución de tarjetas físicas, contribuyendo a la sostenibilidad del sistema
La tarjeta sanitaria clásica ya identifica al paciente en cualquier dispositivo del SNS y en cualquier oficina de farmacia de España. Una interoperabilidad que se mantendrá y reforzará con este nuevo paso adelante. Gracias al nuevo formato virtual se agilizará, además, el desarrollo de servicios digitales entre los servicios de salud de las comunidades autónomas.
A tener en consideración
La mayor novedad radica en la posibilidad de emitir la tarjeta tanto en soporte físico como virtual, o en ambos, ofreciendo flexibilidad a las personas y adaptándose a sus preferencias. La TSI virtual podrá sustituir completamente a la física solo si el titular así lo desea.
En la modificación del real decreto se especifican los datos básicos obligatorios que deben incluirse en la TSI, tanto física como virtual, garantizando la identificación inequívoca del titular y su derecho a la asistencia sanitaria. Además, se enumeran datos adicionales que podrán ser incorporados, como información de contacto de emergencias. En términos de accesibilidad, también se establece la necesidad de adaptar la TSI a las personas con discapacidad, asegurando la igualdad de acceso a los servicios sanitarios para todos los ciudadanos. Asimismo, se regulan las características técnicas de la banda magnética y el código QR para garantizar su lectura en todo el territorio nacional, facilitando la interoperabilidad y evitando barreras administrativas.
Igualmente, la TSI, en soporte virtual, será válida en todo el SNS, como ya lo es en soporte físico y permitirá el acceso a los centros y servicios sanitarios. Por último, según recoge el BOE, cabe destacar que se establece un plazo de 18 meses para que las autoridades sanitarias y los agentes implicados en la provisión de asistencia sanitaria se adapten a los nuevos requisitos.
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