Los proveedores de nube pública se han consolidado como el principal sustento de la TI empresarial moderna, ya que ofrecen una escalabilidad, una eficiencia operativa y una innovación sin precedentes. A pesar de todos los avances que han presentado, las empresas observan una realidad difícil de ignorar: ¿por qué los precios de la nube pública se mantienen estables, o incluso aumentan, mientras que los costes de hardware se han desplomado? La respuesta se encuentra en la intersección entre la economía, las prioridades empresariales y la complejidad de la infraestructura.
Los proveedores de nube pública operan con la promesa de una escalabilidad aparentemente infinita, pero son empresas que deben rendir cuentas a inversores y accionistas, además de a sus clientes. Sus inversiones en infraestructura de miles de millones de dólares, las expectativas de los accionistas de obtener rendimientos constantes y los elevados costes operativos contribuyen a una estructura de precios rígida, una realidad con la que muchas empresas se enfrentan actualmente.
He aquí algunas conjeturas basadas en datos anecdóticos, tendencias observadas y conclusiones lógicas. Un análisis de por qué los principales proveedores de nube no han repercutido el ahorro derivado de la disminución de los costes de hardware y qué significa esto para las empresas. Y lo que es más importante, ¿cómo pueden las empresas navegar por este panorama? En este sentido, es recomendable considerar alternativas a los hiperescalares, desde proveedores de servicios gestionados hasta nubes privadas. La expansión descontrolada de la nube pública puede enfrentarse a serios obstáculos a medida que las organizaciones reordenan sus prioridades en materia de rentabilidad.
Razones del elevado precio de cloud
Durante los últimos 15 años, los proveedores de nube pública han realizado inversiones masivas en la construcción y el mantenimiento de su infraestructura global. Se han destinado miles de millones de dólares a la construcción de centros de datos de última generación y redes privadas globales, así como a la financiación de I+D para servicios avanzados en la nube. Estos gastos no son costes puntuales. Los hiperescalares deben invertir continuamente para satisfacer la demanda, lanzar nuevos servicios y hacer frente a los retos normativos. Es comprensible que los inversores esperen un rendimiento sólido y constante de estas inversiones. De hecho, los proveedores de nube pública no tienen incentivos para reducir drásticamente los costes, ya que ello podría afectar negativamente a los márgenes y a la confianza de los accionistas.
Esto puede explicar por qué los precios de la nube se mantienen estables incluso cuando los costes de hardware (servidores, almacenamiento y equipos de red) disminuyen. La prioridad de los hiperescalares parece ser mantener un modelo de negocio a largo plazo en lugar de trasladar el ahorro inmediato de costes a los clientes. Además, las exigencias operativas asociadas al funcionamiento de entornos de nube a hiperescala siguen siendo importantes. Los proveedores de nube pública se enfrentan a gastos continuos, entre los que se incluyen: la energía y la refrigeración para centros de datos masivos; los costes de mantenimiento de una infraestructura global y distribuida; el cumplimiento de las iniciativas de sostenibilidad y neutralidad en carbono; y las defensas de ciberseguridad en un panorama de amenazas en constante cambio.
La enorme escala de las operaciones de estos proveedores añade capas de complejidad. Los proveedores deben diseñar con hiperredundancia, gestionar centros de datos dispersos geográficamente y garantizar el tiempo de actividad y los niveles de servicio. Es probable que estos factores contribuyan a su renuencia a bajar los precios.
Los proveedores de nube pública justifican sus precios elevados señalando la amplia gama de funciones que ofrecen. Más allá de la computación, el almacenamiento y las redes, estas plataformas proporcionan bases de datos gestionadas, herramientas de aprendizaje automático, capacidades de Internet de las cosas, servicios periféricos, acceso global para los usuarios y mucho más.
Este enfoque de valor añadido posiciona a las nubes públicas como algo más que simples proveedores de infraestructura: son facilitadores integrales de la innovación empresarial moderna. Sin embargo, los precios elevados pueden resultar cada vez más injustificables para las empresas que no necesitan toda esta gama de servicios o para aquellas que pueden encontrar alternativas funcionales.
Las alternativas a la nube pública son cada vez más atractivas
Las empresas deben reconocer que, en última instancia, los proveedores de nube pública operan como negocios impulsados por la rentabilidad y el rendimiento para los accionistas. Esto no es intrínsecamente malo, pero sí sugiere que las empresas deben evaluar sus estrategias de infraestructura de TI con una perspectiva más amplia. Las alternativas son cada vez más accesibles y asequibles, lo que las hace cada vez más atractivas para las organizaciones que buscan soluciones rentables.
Una de estas opciones es el uso de proveedores de servicios gestionados. Estos proveedores ofrecen escalabilidad de la infraestructura y servicios personalizables, combinados con un soporte a medida. A menudo son una opción rentable para las empresas que tienen requisitos especializados pero no quieren pagar el precio elevado de los hiperescalares.
Otra alternativa son las instalaciones de ‘colocation’, que permiten a las organizaciones implementar y mantener su propio hardware en instalaciones compartidas de última generación. Las empresas conservan la propiedad del hardware y gestionan los costes a largo plazo. Del mismo modo, los proveedores de nube soberanos o regionales atienden a empresas con intensos requisitos normativos y de cumplimiento. Estos proveedores se centran en el almacenamiento y las normativas locales, servicios que benefician a sectores como el sanitario y el financiero, a menudo a un coste considerablemente inferior al de los hiperescalares.
Las soluciones de nube privada son una opción viable para las empresas con cargas de trabajo predecibles y de gran volumen. Al ser propietarias y gestionar su propia infraestructura, las organizaciones pueden evitar las cuotas recurrentes y ejercer un control total sobre los recursos y la seguridad. Además, las arquitecturas de nube híbrida ofrecen un equilibrio atractivo, ya que utilizan las nubes públicas para las cargas de trabajo puntuales y la infraestructura privada o alternativa para las operaciones básicas. Una estrategia híbrida permite tanto la flexibilidad como la optimización de los costes, lo que garantiza que las empresas obtengan el valor de las nubes públicas sin depender totalmente de ellas.
Las empresas que evalúan estas alternativas podrían mitigar el aumento de los costes en la nube y encontrar soluciones más acordes con sus objetivos. Mediante un análisis minucioso de las cargas de trabajo, las demandas de escalabilidad y los requisitos de cumplimiento, las organizaciones pueden identificar la infraestructura de TI que ofrece un mayor retorno de la inversión y mantiene la eficiencia operativa.
Una perspectiva prudente para la adopción de la nube pública
Según la observación de datos basados en hechos y en tendencias, la persistencia de precios elevados en la nube pública seguirá impulsando a las organizaciones a replantearse sus estrategias de infraestructura. Algunas empresas siempre necesitarán la escalabilidad y la redundancia de los hiperescalares, pero otras podrían reconsiderar la rentabilidad, especialmente si la comparan con soluciones alternativas.
Si estas tendencias de precios continúan, es posible que veamos una reducción del gasto en nube de las nuevas empresas o un mayor enfoque en los entornos híbridos y multinube. La discrepancia entre los precios de la nube pública y la caída del coste del hardware podría servir, en última instancia, como una llamada de atención para que las empresas diversifiquen su gasto en TI.
Aunque tenemos una bola de cristal, está bastante claro que los altos precios de la nube pública han llegado para quedarse, al menos en el futuro inmediato. Las empresas deben evaluar cuidadosamente sus cargas de trabajo, sus estructuras de costes y sus estrategias de TI a largo plazo. Los MSP (proveedores de servicios gestionados), los servicios de ‘colocation’ y las nubes privadas merecen una segunda oportunidad si los costes de la nube pública parecen prohibitivos.
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