Para que el sector gubernamental sea verdaderamente productivo, es fundamental priorizar tanto la cultura como la tecnología. Así lo destaca un nuevo informe de The Economist Impact respaldado por SAS. El estudio ahonda en las oportunidades y los desafíos que presenta la reforma de la productividad en el sector público. Este informe se publica en un momento crucial, ya que la inteligencia artificial (IA) ya está transformando tanto la forma de trabajar como la productividad en el sector empresarial. La gran pregunta es: ¿serán capaces las instituciones públicas de aprovechar esta oportunidad para alcanzar nuevos niveles de productividad y mejorar el servicio al ciudadano? Las conclusiones clave del informe, para el que se ha encuestado a más de 1.550 empleados del sector público en 26 países de América, Europa, Asia Pacífico y Oriente Medio, denotan que aún queda camino por recorrer.
Resistencia al cambio frente a las ventajas de la innovación tecnológica
Tradicionalmente, la administración pública y los gobiernos han sido cautelosos a la hora de asumir riesgos, también en el plano tecnológico. En este sentido, el 70% de los encuestados opina que su institución solo adopta nuevas tecnologías después de que se haya demostrado su eficacia en otras organizaciones. A su vez, se extrae que la privacidad de los datos (75%) y las limitaciones presupuestarias (64%) son los principales obstáculos a la hora de implementar novedades. A estos problemas se unen las inversiones ajustadas o la falta de capacidad para manejar las tecnologías de vanguardia.
En el caso de España, casi la mitad de los profesionales (47%) señalan la resistencia al cambio como principal barrera interna para mejorar la productividad, a la que sigue la falta de métricas adecuadas con un 41%. Y, sin embargo, a pesar de ser conscientes de los desafíos, un 91% de los encuestados cree que la implementación de nuevas tecnologías trae más ventajas que desventajas a su organización.
La IA toma protagonismo
La mayoría (52%) de los encuestados cree que, en los próximos tres años, la IA tendrá un impacto significativo o crítico en la mejora de la productividad dentro de su organización. Actualmente, según un 66% de la muestra, la mayoría de las empresas utilizan la modalidad de análisis predictivo de la IA. De cara al futuro, entre los usos más prometedores en los gobiernos destaca la capacidad de predecir y planificar riesgos, por su potencia a la hora de simular escenarios. Si hablamos de exploración de tecnologías como la IA generativa, concretamente en España, los datos revelan que las organizaciones la fomentan en un 11%, cifra similar a la del resto de países europeos.
Por otro lado, la aplicación de la IA en el ámbito de la ciberseguridad y la prevención de fraudes también es bastante popular, según un 54% de los encuestados. La complejidad de los delitos financieros y el blanqueo, unido a la sofisticación de las herramientas de IA utilizadas por los cibercriminales, está provocando entre los profesionales una tendencia a mejorar su uso personal de la tecnología para prevenir los ataques.
Al contrario que los modelos de adquisición tradicionales centrados en un único producto o proyecto, la IA a menudo requiere personalización y actualización continua. La reticencia del sector público a adoptar tecnologías se ha visto impulsada aún más por la falta de familiaridad con los modelos de Software como Servicio y la complejidad de gestionar tecnologías intensivas en datos. En este contexto, los proveedores de tecnología se alzan como socios valiosos; prueba de ello es que casi la mitad de los encuestados (49%) citaron la externalización a proveedores externos como una de las estrategias más efectivas para mejorar la productividad.
Involucrar a las plantillas
Las reformas de productividad están condenadas al fracaso si los empleados no las apoyan, y la encuesta muestra la necesidad de un mayor compromiso. Una minoría de los encuestados cree que los empleados y sus responsables superiores están principalmente involucrados en determinar las necesidades (15%), seleccionar el tipo de tecnología (14%) e implementar la tecnología (36%). Los trabajadores del sector público necesitan formaciones para entender los beneficios de las nuevas tecnologías.
También queda reflejado que las reformas de productividad son más efectivas cuando mejoran simultáneamente el impacto de los servicios gubernamentales en la sociedad y la experiencia de los empleados, ya que aumentan la satisfacción tanto de los trabajadores (58%) como de los ciudadanos (56%) al optimizar procesos, agilizar respuestas y facilitar el acceso a los servicios, reduciendo retrasos y agotamiento.
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