Las organizaciones están perdiendo capacidades y conocimientos transformadores debido a la combinación de plataformas tecnológicas heredadas y a una falta de comprensión del estamento directivo sobre el papel esencial de la modularidad para desbloquear el valor de los datos empresariales. Así se desprende de un nuevo estudio dirigido por IFS y Boomi junto a la firma de análisis e investigación IDC. El mismo recoge la visión de alrededor de 1.000 directivos de los sectores de fabricación; energía y utilities; aeroespacial y defensa; construcción e ingeniería; y telecomunicaciones y servicios a nivel global.
Según el informe, aunque la mayoría de las empresas creen que han superado con éxito los retos que han surgido en los últimos años, también afirman que el capital circulante y los desequilibrios de inventario (56%), así como la volatilidad de la demanda (53%) y la imprevisibilidad de las cadenas de suministro (48%) siguen siendo importantes desafíos en los que deben centrar todos sus esfuerzos. Al mismo tiempo, los encuestados señalaron que las aplicaciones heredadas (60%), la falta de integración (48%) y las aplicaciones inflexibles y monolíticas (43%), son tres de los factores que han obstaculizado sus esfuerzos hacia la mejora de costes y eficacia.
El valor de la modularidad
Un 41% de las organizaciones carecen de una estrategia modulable, por lo que corren el riesgo de estancarse y de acumular una deuda técnica cada vez mayor. En datos, más del 70% de las empresas comprende perfectamente el valor de una arquitectura modular, pero solo un 19% de las juntas directivas tiene claro el valor que genera esta técnica. De hecho, apuntan a la necesidad de formar en este sentido, para conocer casos empresariales que demuestren el valor de este concepto a corto, medio y largo plazo.
Precisamente el estudio asegura que la cadena de suministro (51%), las compras (47%) y el servicio y atención al cliente (40%), son las principales áreas que pueden beneficiarse de la arquitectura modular, así como la experiencia del cliente (36%) y la adaptación a nuevas oportunidades de negocio (51%).
Así, para que una empresa obtenga valor de una manera rápida, debe contar con una base sólida de datos y tener establecida una estrategia madura en la nube, además de adoptar otras tecnologías avanzadas. La inercia que tienen algunas empresas a la hora de adoptar una estrategia modular hace que no apuesten por el valor que les pueden aportar las nuevas tecnologías como, por ejemplo, la IA. En esta línea, las empresas que sí apuestan por estas tecnologías experimentan una reducción de costes (15%), una comercialización más rápida (14%), una mejora de la planificación empresarial (14%), un aumento de la agilidad y una mitigación de riesgos (14%).
¿Apostar o no por la nube?
El reto al que se enfrentan las organizaciones es obtener valor de forma generalizada, pero para ello resulta crucial que superen dos barreras: el 54,5% de ellas deben apostar porque ejecutivos y juntas directivas comprendan el valor de la modularidad, y el 50% de ellas deben de avanzar hacia la nube. “En la mayoría de los sectores el salto a la nube tardó bastante en hacerse efectivo. Para muchas organizaciones, la seguridad y el impacto del cambio en su negocio fueron consideraciones de peso. La modularidad es diferente, ya que el objetivo final no es la tecnología en sí, sino el poder aprovecharla”, concluye Gonzalo Valle, presales manager de IFS.
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